Creep feeding, lactoreemplazantes y técnicas asociadas

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Lactoreemplazantes y creep feeds van haciéndose más necesarios con las camadas tan numerosas que proporciona la cerda hiperprolífica.

La brevedad del periodo en que se les permite mamar a los lechones combinada con camadas cada vez más numerosas requiere de estrategias específicas de alimentación de apoyo. No son nada nuevo ni mucho menos revolucionario, pero sí que van ganando en interés en el contexto actual: en el que a la mayor presión productiva a la que se somete a la cerda se suma la voluntad de reducir el consumo de antibióticos.

Los suplementos alimentarios que se suministran al lechón bajo la cerda tienen poco peso económico dentro del ciclo completo de cebo. Pero siendo el alimento más caro que estos animales nunca probarán, interesa saber qué se puede esperar de las distintas opciones disponibles y qué se sabe a ciencia cierta de cada una.

Para profundizar en este tema es muy recomendable la revisión de Solà-Oriol & Gasa (2016), relativa a estrategias alimentarias para cerdas y lechones, pues recoge distintos trabajos en lo que se refiere el uso de creep feeds y lactoreemplazantes, además del manejo destinado a asegurar un buen encalostramiento.

Creep feeds

En lo relativo al creep feeding, la primera alimentación sólida que se puede ofrecer a los lechones aún en lactancia, se dispone de estudios publicados desde 1976. Veamos algunas observaciones constatadas en las distintos estudios:

  • los consumos son muy bajos y variables dentro de la camada (los lechones juegan mucho y comen poco)
  • los consumos se concentran sobre todo al término de la lactancia (probablemente debido al desajuste entre las necesidades energéticas crecientes y los aportes que consiguen de la leche de la cerda, cada vez más insuficientes)
  • suelen ser los lechones más pequeños los que consumen más creep feed (probablemente debido también a que pasan más hambre que los lechones más grandes)
  • a los lechones les resultan más interesantes las formulaciones más complejas que las simples, pues estas muestran una mayor palatabilidad (consumen comparativamente mayor cantidad)
  • son preferibles los ingredientes de elevada digestibilidad (mejor si la dieta es rica en derivados lácteos y azúcares, y con bajo contenido en soja y cereales)

Luego, se han observado distintos efectos por el uso del creep feed:

  • favorece la familiarización con el alimento del cual empezará a depender después del destete: facilita la adaptación a las nuevas condiciones en términos de comportamiento
  • estimula el desarrollo funcional del tracto intestinal (producción de enzimas para la digestión de almidones y proteínas): suaviza la adaptación fisiológica a la transición
  • en general, los animales que consumen más creep feed (normalmente los más pequeños) son los que postdestete muestran mejores resultados productivos (crecimiento y conversión)

Considerando esta última observación, el objetivo de las estrategias de manejo ha sido aumentar los consumos minimizando el desperdicio. Estas son algunas de las conclusiones observadas:

  • la realización de turnos de lactancia estimula el consumo de creep feed (probablemente porque con este manejo pasan hambre)
  • resulta interesante valerse de estrategias que estimulen el comportamiento exploratorio de los animales, como son :el uso de comederos-juguete, de comederos no lineales, el aumento de la superficie de comedero o el esparcido del alimento por el suelo o incluso su mezcla con agua o leche
  • que el uso de saborizantes (anís, ajo) con fines atrayentes no es eficaz a estas edades
  • para evitar desperdicios, es interesante el suministro frecuente y en baja cantidad, retirando los restos envejecidos (menos palatables)

En general, podemos concluir que el uso del creep feed es especialmente interesante en el caso de grandes camadas y lactaciones largas, situación que se ha hecho bastante inevitable con el desembarco de la cerda hiperprolífica.

Lactoreemplazantes

Las primeras referencias de los efectos beneficiosos del uso de lactoreemplazantes en lechones sobre su peso al destete data de principios de siglo (Spencer et al., 2003). Estos beneficios son más evidentes en situaciones de calor, cuando la cerda no come suficiente para sus necesidades de lactación. Esta situación es extrapolable a una situación de lactación prolongada (contexto actual).

La suplementación láctea se aplica en dos contextos: a) como complemento extra para toda la camada en lactancia bajo la cerda o b) como estrategia alimentaria central para los destetados precoces en el split-weaning. En cualquier caso, es siempre interesante combinar el lactoreemplazante con algo de creep feed, pues se mejoran aun más los resultados tanto en crecimiento como en mejor adaoptación al destete.

Un paso más allá

Unos de los riesgos que supone el uso de lactoreemplazantes es el potencial toxiinfeccioso que suponen si no son consumidos rápidamente. Se trata de productos alimentarios que por su composición son caldo de cultivo de bacterias y hongos que podrían estropear el frágil equilibrio digestivo en desarrollo del lechón. En este sentido van apareciendo fórmulas que se combinan con otras estrategias como son la acidificación y la combinación con probióticos.

Relativas a los beneficios del uso del yogur en lechones las referencias son escasas. Rateliffe et al. (1986) observó como el yogur (una leche acidificada por el efecto de probióticos) era capaz de reducir el pH estomacal y los recuentos de E. coli en lechones destetados a los 2 días de edad. Posteriormente, el mismo grupo confirmó que el uso de yogur diluido con leche en el destete de lechones redujo los recuentos de E. coli en duodeno y estómago (Cole et al., 1987).

Posiblemente esta escasez de referencias se deba a la precocidad con que se realizaron los estudios. En aquel tiempo las camadas no eran tan numerosas y no se requería de tanta oferta de alimentación de soporte. La incorporación de leche al alimento del lechón no ha dejado todavía de ser un lujo. Pero quizás hoy que se sabe más de sus importantes beneficios para los resultados del destete se profundice más en este campo. Además, el uso de lactoreemplazantes puede suponer un potencial de mejora en la fertilidad de las cerdas, ya que han de permitir aliviar la carga que les supone una lactación prolongada.

Abordar la diversidad de probióticos disponibles con todos sus potenciales beneficios requiere de un espacio importante. Así que, por dar indicaciones y un esbozo, referiremos la revisión de Liao & Nyachoti (2017), la cual recopila algunos beneficios de los usos de E. faecium en lechones:

  • la inhibición de la adhesión de E. coli al epitelio intestinal
  • la mejora del curso de la infección por Salmonella serovar Typhimurium (DT104)
  • el aumento de la producción de anticuerpos contra Salmonella
  • la reducción de la incidencia de diarreas
  • la mejora de la supervivencia al destete
  • la mejora de la absorción intestinal (incremento del transporte de L-Glutamina)

En cualquier caso hay que contextualizar algo más sobre las bases del uso de probióticos. Su uso pretende decantar el equilibrio de la microbiota intestinal en favor de aquellas poblaciones beneficiosas, las cuales deben prevenir el desarrollo de especies nocivas. Dado que se trata de un equilibrio dinámico con gran diversidad y variedad de microorganismos implicados, su efecto depende mucho del contexto en que se usen: la situación sanitaria de la explotación, las características del alimento, el manejo de los animales (niveles de estrés, higiene)... No podemos esperar de ellos un efecto milagroso, pero si una mayor solidez en los resultados derivados de un buen hacer en todos los aspectos del manejo de los animales.

Bibliografía

Solà-Oriol, D. & Gasa, J. Feeding strategies in pig production: Sows and their piglets. Animal Feed Science Technology, (2016).

Spencer, J. D., Boyd, R. D., Cabrera, R. & Allee, G. L. Early weaning to reduce tissue mobilization in lactating sows and milk supplementation to enhance pig weaning weight during extreme heat stress. J. Anim. Sci., 81, 2041–2052, (2003).

Cole, C. B., Fuller, R. & Newport, M. J. The effect of diluted yoghurt on the gut microbiology and growth of piglets. Food Microbiology, 4(1), 83–85, (1987).

Rateliffe, B., Cole, C. B., Fuller, R. & Newport, M. J. The effect of yoghurt and milk fermented with a porcine intestinal strain of Lactobacillus reuteri on the performance and gastrointestinal flora of pigs weaned at two days of age. Food Microbiology, 3(3), 203–211, (1986).

Liao, S. F. & Nyachoti, M. Using probiotics to improve swine gut health and nutrient utilization. Animal Nutrition, (2017).

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